La universidad, esa institución que forma profesionales, pero sobre todo personas, sigue siendo educación, pedagogía y experiencia, sumado a conocimiento de especialización para labrar profesionales cualificados con estudios superiores.
Las Ciencias de la Actividad Física y el Deporte existen en España desde mediados del siglo XX, pero entonces como Educación Física. La necesidad por formar a la sociedad en el movimiento y en sus valores y beneficios tiene un gran recorrido histórico. Pero para formar en movimiento tiene que existir un formador experto, un educador físico, un profesor, un entrenador, un preparador físico…
Y es por esta necesidad que en 1961 se crea en España el INEF de Madrid, con Cagigal a la cabeza. Sin embargo, la burocracia y las obras retrasaron la puesta en marcha del primer curso hasta el año 1967, siendo los alumnos solamente chicos, ya que hasta entrados los ’70 no se incorporan las chicas que entonces cursaban estudios de Educación Física en la Sección Femenina. Estas enseñanzas de profesorado de Educación Física tenían una duración de 4 años, y no fue hasta los años ’80 que se reconocieron como carrera UNIVERSITARIA añadiendo un año más y otorgando el título de Licenciado en Educación Física a aquellos que lo cursaban. Una década más tarde, en el año 1993, es cuando se denominan estos estudios, de forma más adecuada, como Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
La practicidad ha ido de la mano de los CCAFYDE desde sus inicios, ya que la teoría no es suficiente para conocer la motricidad y tener la capacidad de adecuar los aprendizajes de ésta. No es necesario ser un fenómeno en el deporte, pero sí es necesario saber hacerlo bien, conocer la diferencia entre un gesto correcto y uno que no lo es, o conocer los extremos del esfuerzo.
Es por esta necesidad práctica que se me hace difícil comprender el estudio de la base en modo semipresencial, a distancia u online. El Grado de CCAFYDE sólo debería ofertarse de forma presencial, ya que es la raíz desde donde parte la formación superior y debe crear la capacidad de absorber más conocimientos y de crecer sobre unos fundamentos sólidos.
Pueden creer o no creer en lo que les indico, pero les voy a contar una historia, una historia sobre el aprendizaje, sobre la fuerza de voluntad y, por supuesto, sobre CCAFYDE.
Hace poco que soy la Secretaria General del COPLEF de Madrid, pero en estas semanas el equipo que se ha formado ha estado trabajando muchísimo, porque además de surgir decenas de tareas y proyectos importantes para la profesión, los hemos intentado sacar adelante con la mayor premura posible. Entre estas cuestiones que nos han surgido, la primera semana de esta nueva Junta de Gobierno acudieron al COPLEF los alumnos de CCAFYDE de último curso de la Universidad Alfonso X (UAX) pidiendo colaboración para su proyecto de la asignatura de “Planificación y Gestión Deportiva”.
He de reconocer que me emocionó, ya que yo también realicé un proyecto similar en su momento, con el mismo profesor, D. Antonio Lázaro (Col. 56.819). En mi promoción había varios grupos, varios proyectos, y algunos de mis compañeros acudieron también al COPLEF para que les ayudaran a llevarlo a cabo. Es por esto que conocí el Colegio y su labor.
Pero bien, les explicaré en qué consiste este proyecto, en lo que se ha convertido a día de hoy con el paso de promociones, y cómo el profesor ha ido perfeccionando cada año los objetivos y las sinergias de aprendizaje. Los alumnos tienen que actuar como si se tratase de una empresa de organización de viajes de aventura, de turismo deportivo. Pero no sólo se trata de reflejarlo en un proyecto, sino de llevarlo a la práctica. Organizan departamentos, gestionan las actividades, las reservas, los patrocinios, las colaboraciones, la logística, las inscripciones, la difusión, el protocolo de seguridad, etc., ¡y lo llevan a la práctica! Ese viaje de aventura se lleva a cabo, y son ellos los que lo dirigen, gestionan y ejecutan.
Los alumnos de hoy en día, además, tienen otro reto más, ya que unen el reto deportivo y académico con la investigación. Este año, por ejemplo, el proyecto se llama Roadventure AFD y harán dos viajes, uno en ambiente seco y otro en ambiente húmedo. El primero de ellos lo han realizado este pasado fin de semana, del 27 al 29 de noviembre, y han recorrido parte de la Sierra de Guadarrama en mountain bike, caminando y además corriendo. Estos estudiantes, precolegiados todos, compararán la eficacia de las bandas de kinesiotape como medio para reducir la percepción de esfuerzo, entre otras cuestiones.
Imaginaos la importancia de la convivencia en un proyecto educativo de este tipo, pero no solo durante los días que dura el viaje deportivo, sino también en la preparación, en la planificación, como si de una empresa se tratase. ¿Creéis que la organización de este proyecto hubiese sido posible vía online? Yo no lo creo.
Este tipo de iniciativas son las que marcan la diferencia, las que te hacen ver la importancia de estrategias pedagógicas que impliquen a los alumnos, que los lleven a tocar/probar la realidad de lo que posiblemente se encuentren al salir al mundo profesional. De hecho, estos proyectos han conseguido que los alumnos acumulen una experiencia sumamente útil para la vida real. Testimonios de exalumnos, que ahora son grandes profesionales del deporte, recalcan que el proyecto que realizaron en su promoción fue el detonante para crear, emprender, gestionar, ser valientes y diferenciarse.
Después de leer esto, ¿crees que es posible una formación de base en CCAFYDE de otro modo que no sea presencial?
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Llegar a ser profesional no es sólo adquirir conocimientos, sino saber aplicarlos y lograr competencias.
Dra. Carlota Díez Rico. Col. 52.838. Secretaria General del COPLEF Madrid.
