Hace algo más de dos años que he fijado mi objetivo en una nueva unidad de destino. Hace algo más de diez que consideré el mundo del deporte como el todo, centrando mis esfuerzos en descubrir cada uno de los ámbitos que engloban este bello sector con el objetivo claro, y cada vez que lo lograba marcaba uno nuevo de forma incansable hasta llegar donde estoy ahora: Terminando segundo de derecho. Imagino la sorpresa del lector, como fue la mía propia, aunque bueno, dicen que eres lo que tienes en casa y de lo que te rodeas…en mi caso soy fruto de mi entorno.
Me acerco vertiginosamente a los 30 años y, sin haber sido nunca un deportista brillante, soy capaz de resumir en cuatro líneas la vida laboral que me ha contemplado los últimos diez años: la experiencia de tener éxito en el rendimiento deportivo (en la élite del voleibol femenino), la docencia escolar y universitaria (una vivencia más,,,), el estudio de la dualidad de fuerzas entre la gestión (empresarial) y el deporte (valores, para mi el deporte son exclusivamente valores) y el descubrimiento del “fitbusiness” la última…, si, fitness + business. En definitiva, soy un afortunado licenciado en CCAFYDE que ha podido probar en cuestión de una década casi todos los ámbitos de nuestra profesión…, bueno, hablemos con propiedad: De nuestra “dedicación” (RAE dixit).
Aquí vengo a regalar un nuevo concepto: La dedicación laboral como actividad remunerada que sin consideración alguna realiza el que lo desea. Es la antesala genérica de cualquier oficio, ya que el oficio, al menos, requiere cierta certificación por parte de alguna administración pública (ministerios, direcciones, o incluso, ayuntamientos). Y aquí vamos: nuestra dedicación no requiere certificación porque no está regulada (y no me valen certificaciones propias de entidades que; con dudosos planes de estudios, inexistente personal docente cualificado y afán de lucro por encima de valores educativos, paren títulos que no valen más que para engordar un cv que ya nadie mira…porque, acostumbraos, en un 90% nuestra España querida es dedocracia pura).
Y ¿por qué no está regulada? Seguro que lo sabéis, porque no interesa y no le demos más vueltas. Quien golpea nuestra dedicación cada día permitiendo que en juego esté la salud de millones de personas, no es otro que quien toma las decisiones desde una poltrona en el Ministerio de Trabajo, probablemente con su puro, su copa en la mesa y su sobrepeso tendente a una cardiopatía, y es que, por erosión: “Da igual en qué con tal de que las afiliaciones al INEM desciendan, para así presentar los resultados al final de la legislatura”, esa es la frase más escuchada desde la administración de empleo.
Desde hace casi tres años lucho con todas las armas que tenemos en nuestro Colegio de Profesores y Licenciados en Educación Física de Madrid (COPLEF) por una regulación de nuestra dedicación que nos convierta en, al menos, un oficio, y en, ojalá que, una profesión. Como oficio albergaríamos a cualquier trabajador relacionado con las CCAFYDE y como profesión…eso es imposible, deberíamos ser solo licenciados, así que, hablemos mejor de abrazar a los más posibles, no a sólo unos pocos.
Miro con entusiasmo a nuestros compañeros de Extremadura que acaban de lograr que se les contemple legislativamente. Miro con entusiasmo otras profesiones en donde lo primero que se requiere es la colegiación aunque sea para colgarla en un marco de tu despacho o clínica. Miro con entusiasmo el futuro profesional que me espera; en un sector: La abogacía, en donde estar colegiado no es una opción. En fin y al cabo, qué menos para certificar que sabes algo…
La colegiación no debe ser una opción sino una obligación para aquel que quiera que se le reconozca su dedicación, porque insisto, sin tu colegiación somos tan sólo eso, una dedicación. Sin embargo, con la fuerza de la colegiación somos capaces de exigir la regulación que todo sector laboral se merece porque al final es de interés general que el que prescribe ejercicio tenga una adecuada formación porque la salud está en juego.
Seguro que en el leer esta reflexión has tardado una tercera parte de lo que dura el test de Cooper, pero te aseguro que has recorrido más distancia de la que imaginas.., ahora te quedan dos terceras partes (como a mi de mi vida, teóricamente) y sabes que cada día debes sacrificar el hoy por un mañana, quizá este sea tu punto de partida porque quien dice: “qué pasaría si…”, ese, ni lo intentó.
Pedro Gironés Galiana (Col. 53353)
Gestor
