Helios Pareja (Colegiado 62337), publica su libro:  “Inteligencia metabólica. Domina tu metabolismo para alcanzar tus metas”

Madrid, 22 de mayo de 2025

 

Para quien no te conozca: ¿Quién es Helios Pareja?

Soy una persona curiosa, activa e inconformista. Mi lema podría resumirse en: “siempre agradecido, nunca satisfecho”.
En el ámbito académico, me licencié en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid en 2009. Como en ese momento la orientación hacia la salud no era habitual en este campo, decidí mudarme a Valencia para cursar el Máster en Fisiología en la Universidad de Valencia. Allí obtuve una beca FPU que me permitió realizar la tesis doctoral, defendida en 2014.
Realicé mi tesis en una Facultad de Medicina, bajo la dirección de dos referentes: el Dr. José Viña y la Lcda. Mari Carmen Gómez Cabrera, ambos actualmente catedráticos en Fisiología. Esta experiencia me proporcionó una visión muy integrada sobre cómo emplear la actividad física como herramienta para el control metabólico y como terapia frente a numerosas enfermedades.

Tras doctorarme, me incorporé como investigador posdoctoral al grupo del Dr. Alejandro Lucía en la Universidad Europea de Madrid. Allí pude aplicar todo el conocimiento biomédico adquirido en poblaciones muy diversas: pacientes oncológicos, personas con síndrome de Prader-Willi o enfermedad de McArdle, personas con obesidad o ancianos frágiles.

Desde 2021 soy profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, donde imparto docencia en asignaturas relacionadas con la fisiología del ejercicio, la nutrición y la actividad física en poblaciones especiales. Además, dirijo el grupo de investigación en “Fisiología del Ejercicio y Nutrición”.

A lo largo de mi carrera he publicado más de 150 artículos científicos en revistas indexadas en JCR, he hecho estancias de investigación en Estados Unidos, he dirigido más de 10 proyectos de investigación y colaborado en otros 20. Actualmente combino mi labor docente e investigadora con una nueva faceta como divulgador científico, cuya principal expresión es el libro que acabo de publicar con la editorial Alienta (Grupo Planeta): Inteligencia Metabólica: Domina tu metabolismo para alcanzar tus metas.

En su libro, usted explora la idea de que la inteligencia metabólica va más allá de simplemente contar calorías. ¿Podrías profundizar en qué consiste exactamente esta “inteligencia” y cómo se diferencia de los enfoques tradicionales sobre el metabolismo?

Tradicionalmente, el metabolismo se ha abordado desde una perspectiva simplificada, reduciéndolo al clásico “comer menos y moverse más”, o a la contabilidad calórica como única herramienta de gestión. Sin embargo, el control metabólico tiene dos dimensiones: una cuantitativa —sí, contar calorías tiene su lugar— y otra cualitativa, mucho más compleja y multifactorial. Esta dimensión cualitativa es la que suele pasarse por alto y, sin embargo, es la que marca la diferencia en el medio y largo plazo.

La realidad es que el metabolismo está condicionado por una red interconectada de variables fisiológicas, conductuales y ambientales. Tal es su complejidad que resulta ingenuo pensar que se puede modular adecuadamente sin un conocimiento mínimo de sus fundamentos. Y aunque hoy en día muchas personas delegan su salud metabólica en profesionales —con o sin la formación adecuada—, esto es claramente insuficiente.

El mensaje central de Inteligencia Metabólica es que todos deberíamos comprender cómo funciona nuestro metabolismo. No para convertirnos en expertos, sino para dejar de ser vulnerables ante mitos, modas o consejos sin evidencia. Una vez entendemos las bases de la fisiología y del metabolismo energético, nos volvemos más críticos, más autónomos y, sobre todo, más capaces de tomar decisiones sostenidas y eficaces.

La Inteligencia Metabólica implica, por tanto, un cambio de paradigma. Es asumir con conciencia y proactividad la responsabilidad sobre nuestra salud metabólica. Es definir con claridad cuál es nuestra Meta Metabólica —aquello que realmente queremos alcanzar: perder grasa, ganar masa muscular, tener más energía, envejecer mejor…— y utilizar el conocimiento como herramienta para lograrlo.

En el libro explico de forma accesible pero rigurosa cómo influyen los cuatro grandes moduladores del metabolismo: el ejercicio físico, el NEAT (actividad termogénica no estructurada), la alimentación y el descanso. Solo cuando entendemos el papel específico de cada uno y cómo interactúan entre sí, podemos diseñar un estilo de vida personalizado, eficaz y sostenible.

La Inteligencia Metabólica no es una dieta ni un programa de entrenamiento. Es una forma de pensar, de decidir y de actuar. Y cuanto más desarrollamos esta inteligencia, más fácil resulta alcanzar nuestros objetivos sin depender constantemente de terceros o de soluciones pasajeras.

Argumenta a un Preparador/a Físico/a  con titulación CCAFYDE, por qué es imprescindible esta publicación en su biblioteca.

Como profesional del ejercicio con formación en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, sabes que el cuerpo humano es mucho más que un conjunto de músculos a entrenar. Es un sistema dinámico, adaptativo, y profundamente influido por múltiples variables fisiológicas y conductuales. Justamente por eso, Inteligencia Metabólica es una obra imprescindible en tu biblioteca profesional.

Este libro no solo resume de forma rigurosa y accesible los fundamentos del metabolismo energético, sino que te ofrece una visión integradora que va más allá de los enfoques clásicos de “entrenamiento + dieta”. Aquí encontrarás una propuesta metodológica clara y actualizada para entender cómo el ejercicio físico, el NEAT, la alimentación y el descanso interactúan para modular el metabolismo y, con ello, transformar la salud y la composición corporal de las personas.

Como preparador/a físico/a, tener este conocimiento te coloca un paso por delante: te permite diseñar intervenciones más efectivas, comunicarte con mayor solidez con tus clientes o pacientes, y ofrecer un valor añadido que te diferencia frente a otros profesionales. Además, te ayuda a detectar errores frecuentes, desmentir mitos y adaptar tus estrategias desde una base fisiológica sólida, no desde modas pasajeras o clichés del sector.

Inteligencia Metabólica no es un manual de entrenamiento, pero es el marco conceptual que todo profesional CCAFYDE necesita para entender por qué algunas intervenciones funcionan y otras no, y para acompañar a las personas más allá del corto plazo.

En definitiva: si trabajas con cuerpos, necesitas entender metabolismos. Y para eso, este libro es una herramienta clave.

Si tuviera que destacar un error común que la gente comete en relación con su metabolismo, ¿cuál sería y qué consejo ofrecería para corregirlo basándose en los principios de la inteligencia metabólica?

Sin duda, uno de los errores más comunes que comete la mayoría de las personas cuando intentan mejorar su metabolismo es delegar completamente —y a menudo a ciegas— su objetivo en manos de un profesional. Ya sea perder grasa, ganar masa muscular, recuperar energía o revertir alteraciones como colesterol alto, triglicéridos, hipertensión o glucemia elevada, muchas personas externalizan su responsabilidad esperando que alguien les diga exactamente qué hacer… sin entender el por qué detrás de cada decisión.

Y aunque contar con la ayuda de profesionales cualificados es valioso, lo verdaderamente transformador es acompañar esa ayuda con conocimiento. Porque estamos hablando de algo que afecta directamente a tu autoestima, a tu funcionalidad física y, en muchos casos, a tu salud a medio y largo plazo. No puedes permitirte vivirlo con pasividad.

Uno de los principios clave de la Inteligencia Metabólica es precisamente ese: dejar de delegar y empezar a comprender. Culturizarnos en metabolismo no significa convertirnos en expertos, sino adquirir las herramientas mínimas para pensar con criterio, identificar errores y tomar decisiones informadas. Solo así dejamos de ser vulnerables a modas, mensajes vacíos o pautas que no se ajustan a nuestra realidad.

El segundo gran principio es: medir. Porque lo que no se mide, no se puede mejorar. Muchas veces la frustración no viene por no avanzar, sino por no saber si lo estamos haciendo. Medir tu progreso —ya sea con herramientas tecnológicas, bioquímicas o simplemente observando cambios en tu rendimiento, energía o composición corporal— te da una brújula para ajustar el rumbo de forma precisa y objetiva.

Mi consejo, por tanto, es claro: no entregues tu salud sin entenderla. Aprende lo esencial sobre cómo funciona tu metabolismo, mide lo que realmente importa y trabaja de forma activa junto al profesional que te acompañe. La Inteligencia Metabólica no es un destino, es una actitud. Y quien la desarrolla, deja de depender de soluciones externas para empezar a construir resultados duraderos desde dentro.

A lo largo del libro, se presentan estrategias para optimizar la flexibilidad metabólica. ¿Destaca una o dos prácticas clave que considera más efectivas para mejorar esta capacidad y por qué son tan importantes para la salud a largo plazo?

Destacaría dos prácticas clave especialmente efectivas para mejorar la flexibilidad metabólica: el entrenamiento físico regular (especialmente el entrenamiento de fuerza y el entrenamiento interválico de alta intensidad), y el control consciente de la frecuencia y el patrón de las ingestas.

La primera es, a mi entender, la herramienta más potente y directa para mejorar la capacidad del organismo de utilizar de forma eficiente tanto grasas como carbohidratos como fuente de energía. En el libro explico cómo el entrenamiento de fuerza incrementa la masa muscular y la sensibilidad a la insulina, mientras que el ejercicio interválico estimula adaptaciones mitocondriales que mejoran la oxidación de grasas y la eficiencia metabólica. En conjunto, estas adaptaciones no solo mejoran el rendimiento, sino que devuelven al metabolismo su capacidad de responder con agilidad a los cambios en la demanda energética, algo que perdemos con la inactividad o una alimentación constante y desregulada.

La segunda estrategia es aprender a modular las ingestas, tanto en cantidad como en frecuencia. Esto no significa hacer dietas restrictivas, sino abandonar el patrón moderno de comer de forma continua y sin hambre real. Espaciar adecuadamente las comidas, respetar señales de saciedad y permitir que el cuerpo funcione ocasionalmente en ausencia de ingesta (como sucede en el ayuno intermitente bien aplicado), reactiva mecanismos fisiológicos que favorecen el uso de las reservas energéticas y refuerzan el equilibrio metabólico.

Estas estrategias son importantes a largo plazo porque la flexibilidad metabólica es una especie de termómetro interno de salud. Cuando la perdemos, el cuerpo se vuelve rígido, dependiente del azúcar, incapaz de usar grasas y vulnerable a la fatiga, el hambre constante y el almacenamiento excesivo de energía. Cuando la recuperamos, todo mejora: desde la composición corporal hasta la vitalidad diaria, pasando por parámetros clínicos como la glucosa, los lípidos o la presión arterial.

Movernos más y comer mejor —no solo en calidad, sino también en estructura y conciencia— son los cimientos para restaurar y mantener una flexibilidad metabólica óptima. Esa es la base sobre la que se construyen los resultados duraderos en salud y rendimiento.

Define cómo debería enfocar un Preparador/a Físico/a, su trabajo en un equipo multidisciplinar con un/a Dietista/Nutricionista.

He tenido la suerte de trabajar durante muchos años codo con codo con dietistas-nutricionistas, tanto en investigación como en el ámbito aplicado. Y si algo he aprendido en ese recorrido es que cuando el/la preparador/a físico/a y el/la nutricionista no reman en la misma dirección, por mucho esfuerzo que hagan, el barco no avanza. O peor aún: puede acabar girando en círculos.

Un enfoque realmente eficaz requiere que ambos profesionales compartan información, objetivos, criterios y, sobre todo, idioma. No se trata de superponerse ni de competir, sino de colaborar desde el respeto mutuo a los límites y fortalezas de cada rol. Un buen entrenamiento sin una estrategia nutricional coherente se queda corto. Y una buena pauta nutricional sin estímulos físicos adecuados pierde gran parte de su potencial.

Lo pude ver de forma muy clara cuando fui director del Máster en Entrenamiento y Nutrición Deportiva de la Escuela Universitaria Real Madrid – Universidad Europea. Allí formábamos a entrenadores y nutricionistas en un entorno de integración real, donde aprendían a complementarse y a trabajar en sinergia. No desde el intrusismo, sino desde el diálogo, el conocimiento compartido y el enfoque centrado en la persona.

¿Algunos consejos para preparadores físicos que trabajen en equipo con nutricionistas?

  1. Escucha activa y comunicación continua: comparte tus planificaciones y adapta cargas si hay estrategias nutricionales específicas (como déficits calóricos o protocolos de ayuno).
  2. Evita recomendar o prescribir fuera de tu ámbito: aunque sepas de nutrición, cede el protagonismo en ese campo al profesional titulado. Ganarás respeto y eficacia.
  3. Propón objetivos comunes y medibles: si ambos trabajáis hacia la misma Meta Metabólica, será más fácil coordinar estrategias.
  4. Comparte datos y sensaciones del entrenado/a: lo que tú ves en la sala puede aportar mucha información valiosa al nutricionista, y viceversa.

En definitiva, el/la preparador/a físico/a no puede actuar en una burbuja. La salud, el rendimiento y la composición corporal son resultados de múltiples factores interconectados. Cuanto más integrados estén los profesionales que los modulan, más lejos llegará la persona que está en el centro del proceso.

Por último, en un mundo donde la información tanto de los programas de ejercicio físico como de la nutrición a menudo es contradictoria, ¿cómo podemos discernir qué fuentes son confiables y cómo podemos aplicar los principios de la inteligencia metabólica de manera personalizada a nuestras propias vidas?

Vivimos en una era de exceso de información, pero también de escasez de criterio. Hoy más que nunca, cualquiera con una cuenta en redes sociales puede opinar —o incluso sentar cátedra— sobre ejercicio y nutrición, sin que necesariamente tenga formación ni respaldo científico. Y en ese ruido constante, uno de los grandes retos es precisamente aprender a filtrar.

El hecho de que alguien tenga muchos seguidores o hable con seguridad no es garantía de evidencia ni de eficacia. La verborrea no sustituye al conocimiento riguroso, y el carisma no siempre va de la mano con la ciencia. Por eso, mi primer llamamiento es claro: acudid a las fuentes primarias.

Aprender a manejar bases de datos científicas como PubMed, leer revisiones sistemáticas y metaanálisis, y contrastar afirmaciones con lo que realmente dice la literatura científica es una habilidad clave en el mundo actual. No hace falta ser investigador, pero sí conviene tener una brújula crítica para no caer en modas o mensajes simplistas.

Y si todo esto parece abrumador, por eso mismo escribí Inteligencia Metabólica: para filtrar, traducir y empaquetar el conocimiento relevante en un método comprensible, aplicable y basado en evidencia. No es una colección de trucos, sino una propuesta estructurada para que cualquier persona —con o sin formación previa— pueda entender cómo funciona su metabolismo y tomar mejores decisiones, desde el conocimiento, no desde la obediencia ciega.

Porque al final, no se trata de tener más información, sino de tener la adecuada, entendida en su contexto y aplicada con sentido común. Y eso, en el fondo, es lo que define a una persona con verdadera Inteligencia Metabólica.

Desde COPLEF Madrid agradecemos a Helios que ponga a disposición de los lectores, todo el conocimiento y experiencia que conlleva la publicación de: “Inteligencia metabólica. Domina tu metabolismo para alcanzar tus metas”, así como que pueda presentar el libro en su colegio profesional.

Si aún no estás colegiado/a: 

Desde COPLEF Madrid hacemos un llamamiento al uso correcto de la denominación de las profesiones bajo la Ley 6/2016, y NO confundir a la población con la DENOMINACIÓN NO OFICIAL de “EDUCADOR/A FÍSICO DEPORTIVO/A”, máxime cuando por Sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 2-3-2022 ha sido anulada y acordado el cese inmediato del uso de las denominaciones de Colegios Oficiales de Educadores/as Físico Deportivos/as y Consejo General de la Educación Física y Deportiva que no son las vigentes a tenor del Real Decreto 1641/1999.

 

IMPORTANTE REGLAMENTO LEY 6/2016

No es suficiente con tener un título para ejercer.

Cada profesional con titulación CCAFYDE que ejerza en la Comunidad de Madrid, está obligado a presentar una comunicación previa y seguro de responsabilidad civil antes de la prestación de servicios profesionales.

Conoce todo lo que tienes que saber aquí.

Abierto plazo para solicitar la copia del seguro y certificado personal a través de coplefmadrid@coplefmadrid.com

Descarga aquí el modelo de solicitud.